martes, 28 de octubre de 2008

Crónica de un día donde el tiempo se vuelve juez

¿Al que madruga Dios le ayuda?

· Unos minutos mas unos menos, ¿que tanto pueden cambiar la historia?
Un gran sol al despertar, pero una larga espera en casa, que al final resultó inoficiosa, al igual que la gran fila del Transmilenio, fue el comienzo del día de Andrea quien como en la mayoría de veces iba tarde a clase, solo que esta vez el reloj parecía acelerarse más de lo normal ya que la clase de 7:00am resulto en 7:33am hora en la que llegó a encontrarse de frente con la realidad, habían hecho quiz y ahora un no tan agradable 1 aparecía en su lista de calificaciones, sin embargo no fue la única en llegar tarde, pues no se sabe en que momento ocurrió pero las llegadas tarde se volvieron el pan de cada día.
Aún sin acabar de imaginar las preguntas de aquel quiz no presentado, y de reponerse de la fatiga que le dejó la carrera desde la estación Av. 39 del Transmilenio, un nuevo trabajo se sumaba a la larga lista de espera de trabajos típicos en el último corte del semestre, esta vez una crónica por supuesto para colgar en este blog, y que contaba con la colaboración del profe Piedrahita quien en su gran esfuerzo por hacer de sus alumnos los mejores periodistas realizó varias actividades a la vez, donde explicó reglas ortográficas, recalcó la importancia de madrugar, recogió los trabajos dejados anteriormente, puso a soñar a sus alumnos con la idea de que en un futuro el sea su jefe de redacción y arregló un computador desconfigurado por uno de sus estudiantes.
Muchas emociones para apenas las 8:10 am, pues el día es largo y el hecho de llegar tarde parece juntar todos los acontecimientos del día donde aún falta una clase y continuar con la larga lista de trabajos, lo cierto es que luego de ver la cara de ponqué de quienes presentaron el ya famoso quiz y que iniciaron el corte como se debe, queda abierta la gran pregunta de ¿Al que madruga Dios le ayuda?